En el año 2011 impartí una conferencia en el Instituto Pontificio Notre Dame de Jerusalén. Al termina fui invitado a conocer la exposición de la Sábana Santa que tienen en exhibición en un museo situado en el mismo edificio.
Conocí una bella réplica de la Sábana Santa de Turín una serie de fotografías y explicaciones sobre las diferentes investigaciones realizadas al sagrado lienzo, al terminar el recorrido y después de comprender cada uno de los estudios realizados por eminentes científicos, no te cabe duda de que es auténtica y que el cuerpo impreso en la misma es el de Nuestro Señor Jesucristo. Captaron toda mi atención los estudios realizados por el Dr. Avinoam Danín, emitente botánico de la Universidad de Jerusalén sobre las imágenes de flores que descubrió en la Sábana Santa y confirmados por el Dr. Alan Whanger.
La visita realizada al museo hizo centrar mi interés en hacer una investigación de la Sábana Santa para conocer profundamente los estudios y buscar las analogías que pudiera tener con la imagen de la Virgen de Guadalupe en virtud de tratarse de las dos únicas imágenes existentes en el mundo no realizadas por mano humana, aunado a la petición que me hicieron de aplicar matemáticas a la Sábana Santa y ver si tiene la proporción áurea.
Durante cuatro años estuve investigando y leyendo los diferentes estudios realizados por el equipo STURP llamado así al grupo de científicos que en el año 1978 examinaron en forma directa la Sábana Santa durante 5 días. Tuve el gusto de conocer a dos de los grandes estudiosos, al Dr. Avinoam Danín quien descubrió las flores y al Sr. Barrie Schwartz quien fuera el fotógrafo oficial del citado equipo y quien resguarda una gran cantidad de los manuscritos de los estudios originales.
El ver las fotografías originales tanto en luz ultravioleta, microscópicas y en tercera dimensión en donde se aprecian las heridas sufridas por Cristo durante su Pasión tales como los latigazos de la flagelación, las manchas de sangre de sus heridas producidas por la corona de espinas, por la lanza que le clavaron en el costado, así como las huellas de las heridas producidas por los clavos de la crucifixión y otros detalles relevantes, te dejan convencido de que se trata de Cristo. Además los estudios de probabilidades realizados por varios científicos y los que yo mismo realicé te llevan en la misma dirección.
La conclusión de los científicos que examinaron la Sábana Santa fue que no es una pintura y que la forma en cómo se imprimió la imagen con un denominado “chamuscamiento” es inexplicable. Esto es muy obvio porque la ciencia aún no puede comprobar los milagros y mucho menos el de la resurrección cuya radiación impregnó la sagrada imagen.
Después de haber estudiado la Sábana Santa por varios años y convencido de su autenticidad me propuse buscar las analogías, encontré 20 de las más relevantes. Describiré dos de las que considero prioritarias.
La primera es que retomando los estudios realizados por Le Corbusier, Davis y Altevoct y otros quienes comprobaron que el cuerpo humano tiene la proporción áurea, me puse a la tarea de comprobar si el cuerpo impreso en la Sábana Santa es verdaderamente de un cuerpo humano y por lo tanto debería tener la proporción áurea.
1.80/1.11=1.618
FIGURA No. 11
Los científicos anteriores comprobaron que dividiendo las medidas de la altura que se obtenga de una persona adulta medida de la planta de los pies a la parte final de su cabeza entre la medida de la planta de los pies al ombligo, se obtiene la proporción áurea 1.618.
Por ejemplo si una persona tiene una altura de 1.60 y de los pies al ombligo mide 99 centímetros, si dividimos 1.60 entre 0.99 tenemos como resultado 1.618 que es el número áureo. Es importante mencionar que el número áureo 1.618 es llamado irracional que significa que tiene decimales infinitos, por lo tanto las operaciones que se realicen tienen que ser utilizando varios decimales para lograr la exactitud, pero si no es así, no es relevante que se obtenga en los resultados pequeñas diferencias en décimas o centésimas.
Aplicando las técnicas anteriores al cuerpo de Cristo en la Sábana Santa tenemos lo siguiente:
su altura de 1.80 metros dividido entre la distancia de la planta de sus pies a su ombligo que es de 1.11, tenemos como resultado 1.618. Podrán observar que el resultado nos demuestra que se trata efectivamente de un cuerpo humano que tiene la proporción áurea.
En la figura No. 11 podrán darse cuenta de las medidas del cuerpo de Cristo en la Sábana Santa que tiene la proporción áurea.
La segunda analogía que representa para mí la más importante de todas es que tanto la Sábana Santa como la imagen de la Virgen de Guadalupe contienen la Sagrada Eucaristía, es decir, la sangre y el cuerpo de Cristo.
En la Sábana Santa es indudable que la imagen impresa es del cuerpo de Cristo y su sangre se encuentra por toda ella de acuerdo con las pruebas fundamentadas científicamente.
En la imagen de la Virgen de Guadalupe les comento lo siguiente:
Los estudios realizados a la Sábana Santa por Avinoam Danin fundamentan en forma indudable la presencia de imágenes de flores, se encontraron 28 diferentes especies que fueron identificadas con las naturales de la flora de Israel, varias de éstas en partes diferentes del cuerpo pero las más relevantes fueron colocadas alrededor de la cabeza de Cristo formando como una diadema o corona. Se puede observar que las flores de referencia fueron colocadas sin los tallos, de tal manera que una por una se le retiraron sus ramas.
Cuando al Dr. Danin le preguntaron ¿Por qué hay flores en la Sábana Santa?, respondió que es costumbre judía que todos los objetos que se manchen con sangre del fallecido en el momento de su muerte, éstos deben colocarse junto al cuerpo en su sepulcro, lo que él supone es que la gente que amaba a Cristo puso ramos de flores bajo su cruz que se mancharon con su sangre, por lo que tuvieron que ser introducidas en su sepulcro y las colocaron sobre la Sábana Santa.
Los evangelios son muy parcos en sus relatos sobre la sepultura de Cristo, sin embargo otra clase de documentos hacen mención que su madre la Virgen María lo tuvo entre sus brazos en el sepulcro después de ser bajado de la cruz.
Yo les pregunto: ¿Quién con tanto amor, desgajó las flores de sus tallos manchadas de sangre y las colocó con toda ternura alrededor de la cabeza de Cristo formándole una bella diadema o corona? Si lo meditan cuidadosamente es totalmente lógico pensar que fue su madre la Virgen María.
En la figura No. 12 pueden ustedes observar la fotografía de la cabeza de Cristo rodeada de flores formando una diadema o corona tal y como aparece en la Sábana Santa. El descubridor Avinoam Danin repinta con colores rojos para su mejor visibilidad y simula con flores naturales como estuvieron durante la sepultura de Cristo. Agradezco al Dr. Danin el haberme proporcionado ésta fotografía.
Volvamos pues a la Virgen de Guadalupe, siempre he pensado que las flores en el acontecimiento guadalupano tienen primordial importancia y así es efectivamente por lo siguiente:
La Virgen de Guadalupe le pide a Juan Diego que suba al cerro del Tepeyac a cortar las flores que encontrará, las coloque en su tilma y se las traiga a Ella. No le dice que se las lleve en forma directa al obispo. Juan Diego corta las flores y se las lleva y dice el Nican Mopohua: que las toma con sus venerables manos y las coloca de nuevo acomodadas en su tilma y le dice, ésta es la señal, llévasela al Sr. Obispo. Cuando Juan Diego extiende su tilma ante el obispo se impregna su sagrada Imagen.
Al principio de éste escrito relato lo que los científicos mencionan con respecto a que “el jugo exprimido de las flores imprimió su imagen”.
Con base a todo este suceso podemos razonar lo siguiente:
¿Por qué las flores? Porque son precisamente flores que acomodadas en la tilma envía como señal, recordemos y recapacitemos en estos momentos que hizo exactamente lo mismo con su amado Hijo al ser bajado de la cruz, después de morir por nosotros para el perdón de nuestros pecados, colocó flores con todo su amor alrededor de su cabeza formándole una diadema o corona y con sus mismas manos que se mancharon con la sagrada sangre toma las flores que cortó Juan Diego y las envía como señal al obispo.
¿Dónde está entonces la Eucaristía en la Imagen? La Virgen de Guadalupe se aparece en el Tepeyac para ofrecer a su hijo Jesucristo que trae en su vientre, por lo tanto, tenemos el cuerpo. La sangre es toda la imagen, representada en cada uno de los colores de las flores que la Virgen de Guadalupe tomó con sus manos que tuvieron la sangre de su hijo y envía como señal para la impregnación de su sagrada Imagen.
Los que deseen profundizar en estos estudios pueden consultar mi libro titulado “La Virgen de Guadalupe y la Sábana Santa. Una investigación de sus analogías”
CONCLUSIÓN
Las flores que como señal envía la Virgen de Guadalupe para el obispo sirvieron para imprimir su imagen, mismas flores que también utilizó para formarle a su amado Hijo una corona alrededor de su cabeza. Se concreta toda la Eucaristía tanto en la imagen de la Virgen de Guadalupe como en la Sábana Santa, dos únicas imágenes que existen en el mundo no hechas por mano humana.
Los estudios realizados por Pitágoras, Euclides, Luca Paccioli y otros más fueron utilizados para comprobar que tanto la Imagen de la Virgen de Guadalupe como la Sábana Santa tienen la proporción áurea.
Durante mis investigaciones apliqué en la Sagrada imagen el “Quatridium” de Pitágoras consistente en Aritmética, Geometría, Astronomía y Música
La imagen al tener simetría perfecta en virtud de que su manto tiene las constelaciones del cielo de las 6.45 de la mañana del 12 de diciembre de 1531, hora de su impregnación en la tilma de Juan Diego, que su vestido tiene en sus 10 flores Tépetl la representación proporcional de los principales cerro y volcanes de México y tener la proporción áurea, indudablemente contenía música, misma que descubrí al diseñar un modelo matemático tomando como notas musicales la posición exacta de las flores en su manto y de los centros de las flores en su vestido. La armonía musical encontrada es bella, sencilla y perfecta, se han realizado arreglos musicales que han dado la vuelta al mundo, conquistado corazones y realizando conversiones.
La Imagen de la Virgen de Guadalupe es portentosa y milagrosa, a través de los siglos nos ha revelado señales y mensajes, no hay la menor duda que en siglos futuros y con el avance de la tecnología, nos llevaremos más sorpresas y bendiciones.