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FIGURA No. 1

Inicio mis investigaciones en el año 1990 recopilando los principales estudios realizados a la imagen de la Virgen de Guadalupe por científicos, sacerdotes, pintores, fotógrafos y varios más que dieron lugar a editar mi primer libro titulado “La Tilma Guadalupana revela sus secretos”. Más de cuarenta estudios relatan la belleza de la imagen y todos  concluyen en dos aspectos importantes: 1) La imagen no es pintura humana. 2) La forma como se imprimió la imagen es inexplicable.

La parte medular de ésta investigación se centra en lo que Francisco Florencia en su libro “Estrella del Norte de México “ relata sobre los estudios realizados a la imagen por Francisco de Siles acompañado de un grupo calificado de pintores y peritos en arte cuya parte resumida es la siguiente:

    “Lo que se veía eran unos manchones de colores, como del jugo exprimido de las flores y hojas de ellas, de suerte que nos parecía que se distinguía el verde oscuro de las hojas de la azucena, el blanco nevado de ella, lo morado del lirio, lo sonrosado de la rosa, lo azul de la violeta, lo amarillo de la retama; mezclados unos y otros con distinción y separados con una confusa mixtura, en que estuvimos algún rato admirándonos y notándolo, señalando en los colores, cuál era de esta rosa, y cuál de aquella; cual era el color de las hojas y cuál el de las flores; y al fin, convenimos, en que parecía que la Imagen se había copiado, no con pincel, sino al modo con que se estaban las de los sello…”

     Los calificados peritos acreditaban el color de la imagen al “Jugo exprimido de las flores”. Esta parte de mi investigación me hizo continuar y obtener una segunda fuente que confirma su contenido y precisamente fue un artículo publicado el 4 de enero de 1976 en el Diario de Yucatán por el eximio investigador Guadalupano y periodista Abel Tirado López, a continuación una síntesis:

El colorido total de la santa Imagen, se debe al pigmento carotécnico en algunas de su variedades; toda la coloración amarilla que hay en la zona que circunda el cuerpo y termina en las nubes, está tomada de las retamas y del pistilo de las azucenas, así como el rojo que hace papel de sombra al rosa de la túnica, se debe a otro pigmento: la xantofila, que también se encuentra en el girasol, pero que en la Imagen Guadalupana procede de claveles rojos.

    La molécula madre de los tonos amarillos se compone de 40 átomos de carbono y 56 de hidrógeno que forman el pigmento carotécnico; y la de las rojas, o sea de la “xantofila” tiene los mismos átomos lo que revela otra maravilla: hay dos átomos más que los científicos no han podido descifrar cómo están allí ni de su procedencia…”.

Impresionante descripción de los colores de la Imagen, el propio investigador quien publica este estudio menciona que proviene de una conferencia que impartió en la Royal Society de Inglaterra el premio nobel de Física Dr. William Henry Bragg.

Derivé entonces mi investigación hacia la Royal Society de Inglaterra en donde encontré los papeles del citado Dr. Bragg y cuyas conclusiones además de confirmar el contenido de los componentes de las flores dice:

    “Raramente se ha usado la coloración natural de las hojas y las flores. Los colores naturales son demasiado fugaces”

La confirmación del Dr. Bragg es muy lógica, pues cualquiera de nosotros puede exprimir el jugo por ejemplo de una rosa y con éste pintar una figura,  pero la pregunta es: ¿Cuánto tiempo permanecerá el color hasta desvanecerse? Probablemente un mes o si queremos exagerar, un año, pero la Imagen de la Virgen de Guadalupe tiene cerca de 500 años y sus colores son cada vez más bellos y brillantes y si a esto le agregamos que partiendo  de su Aparición estuvo 116 años a la intemperie sin cristal que la proteja ¿qué podemos inferir? Que definitivamente es un milagro y no fue hecha por mano humana.

En la figura No.1  podrán observar las líneas de investigación que realicé, que menciona a los diferentes investigadores y que concluyen que la imagen no fue pintada ni hecha por mano humana.