Lunes, 13 de febrero de 2017 – Edición impresa
Fernando Ojeda Llanes (*)

Durante cuatro días de las dos semanas pasadas tuvimos la visita de monseñor Eduardo Chávez Sánchez, quien fue postulador de la causa para la canonización de San Juan Diego y actual director del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos de la Basílica de Guadalupe de México.

El motivo de su visita fue impartir a un grupo de católicos comprometidos un curso sobre el Acontecimiento Guadalupano titulado “La verdad de Guadalupe”, un curso intensivo especializado de 16 horas en el que lleva a los participantes a hacer un recorrido por los hechos históricos que dieron lugar a las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac de México y la estampación de su sagrada imagen en la tilma de San Juan Diego.

Monseñor Chávez es el más importante investigador y conocedor en el mundo del Acontecimiento Guadalupano, sus cursos, conferencias y asesorías siempre van encauzadas a divulgar lo cierto del Hecho Guadalupano. Durante las dieciséis horas del curso mantiene a los participantes absortos por la transmisión que hace de los conocimientos de este marcado suceso que inició la evangelización de América.

Los documentos históricos que presenta son firme fundamentación de la verdad. Entre las cosas importantes que señala es que la Virgen se puso su propio nombre al aparecerse al tío de Juan Diego, Juan Bernardino, en la llamada Quinta Aparición, cuando le dijo: “Yo soy la perfecta Virgen Santa María de Guadalupe”, haciendo hincapié que es falso que los indígenas y españoles le hayan puesto un nombre en náhuatl. Combate las falsedades que circulan muchas veces en las redes sociales como la afirmación de que la imagen flota; tampoco es cierto que cuando se pone un estetoscopio en el vientre se escuchan los latidos del corazón de su hijo, que es falso que sus ojos están vivos, pero sí es cierto que refleja personajes en los dos.

Hace mención de que es real que las estrellas en el manto son las constelaciones del cielo, que las flores Tépetl representan los principales cerros y volcanes de México, que hay notas musicales en la posición de las estrellas y flores, que se ha utilizado la ciencia para demostrar que la imagen que se encuentra en la Basílica de Guadalupe no fue hecha por mano humana, cantidad de estudios y documentos lo fundamentan.

Habla de los antiaparicionistas que tratan de fundamentar sus mentiras con lo que ellos llaman el silencio, porque engañan diciendo que no hay documentos desde la fecha de la Aparición de 1531 a 1648, pero demuestra que hay cientos de documentos históricos encontrados en archivos precisamente de las fechas del llamado silencio, echando por la borda los falsos comentarios de los que combaten las Apariciones. Muestra documentos firmados por españoles que vinieron en el siglo XVI a verificar si se trataba de la Virgen de Extremadura y le escribieron al rey de que es muy diferente, porque los propios antiaparicionistas también tratan de engañar diciendo que fue traída de España y es la extremeña.

Durante la primera semana del curso tuvimos la honorable visita de nuestro arzobispo, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, quien fue recibido con gran cariño por los participantes.

Su Excelencia impartió su bendición al evento.

He escuchado en muchos ambientes que ante los difíciles problemas que estamos viviendo en el país debería aparecerse de nuevo la Virgen de Guadalupe. Les digo que es falta de fe porque ella, desde que se apareció en 1531, no se ha ido, se encuentra entre nosotros, nos dejó su sagrada imagen, somos nosotros los que la estamos sacando de nuestros hogares, ambientes y corazón, solamente es pensar en ella y recibiremos bendiciones.

Representante en Mérida del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos. [email protected].

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