Lunes, 8 de febrero de 2016 – Edición impresa
Función especial
Fernando Ojeda Llanes (*)
Se pueden encontrar muchas definiciones sobre “magia”, pero la que considero más acertada es ésta:
“La palabra ‘Magia’ también se emplea para referirse a fenómenos que no tienen una explicación racional. Lo inexplicable puede ser mágico. A veces para referirse a sentimientos como el amor, la felicidad o cuando ocurre algo sobre lo que no se conoce a ciencia cierta su causa, se dice que ‘hay magia’.
“La práctica de la magia no está exenta de una actitud que permea el pensamiento y trasciende a todos los ámbitos de la vida del individuo que la practica”.
Efectivamente, realicé magia profesional de 1957 a 1963 con el único objetivo de crear ilusiones, divertir a la gente, transportarlos a un mundo diferente, hacer que vivan aunque sea dos horas de fantasía que los aleje de la rutina diaria de estrés y probables desencantos. Aún disfruto producir ilusiones en el ámbito de mi familia, alumnos y amigos.
La magia nos aleja de lo que ahora sucede en muchos ambientes del mundo: mentiras, corrupción, crímenes, desencantos, suicidios, desavenencias.
También como por “arte de magia” la Virgen de Guadalupe se apareció en el Tepeyac y Ella hace magia dándonos todo su amor, y si le pedimos nos da. Por eso también un milagro es magia.
Todos podemos hacer magia si prestamos servicios independientes, haciéndolo con toda ética y profesionalismo, como funcionarios y empleados, siendo eficientes y productivos; como maestros en escuelas y universidades, transmitiendo la verdadera cultura, valores humanos y conocimientos; en nuestra familia, conviviendo con fraternidad, dando amor y otorgando perdón.
El pasado 31 de enero tuve la oportunidad de reunirme de nuevo con algunos amigosjóvenes magos yucatecos que producen efectos mágicos con arte y destreza. Fue sumamente halagador. Entre ellos, el mago Deyvit, mi nieto.
Ver a jóvenes magos que se inician en diversos lugares del Centro Histórico generando ilusiones, hermosísimo. La función mágica de la noche en el Centro Cultural Olimpo, en donde en esta ocasión me tocó ser espectador, fue grandiosa. Les diré por qué lo he disfrutado.
Para ser mago se necesita en primer lugar cultura, educación, arte, disciplina, ética y mucho más. Se requiere estudiar la forma de presentar las ilusiones, capturar al público con sólo la presencia. Cualquiera puede comprar en una tienda especializada un juego de magia, pero presentarlo para crear la ilusión mágica es otro boleto. Este nuevo grupo de magos yucatecos lo está logrando. Dieron el primer paso, unirse como un todo. ¿Qué puedo aportarles para su arduo camino? Estudien, practiquen, practiquen y practiquen, pero lo más importante es que sean educados, cultos y, sobre todo, éticos. No critiquen a sus colegas, ayúdenlos a superarse, pues no por aprender un secreto mágico ya se es mago.
¿Saben, amigos y muy queridos magos, cómo demostraron que se encuentran en el camino de la verdadera magia? Cuando utilizaron sus sentimientos y se dieron cuenta de que habían llenado el teatro en la función de gala y más de 300 personas se quedaron sin poder entrar por la falta de espacio en el mismo (la entrada fue gratuita).
En ese momento me dijeron: “Hemos decidido repetir la función y dar cabida a los que están afuera”. Los felicité y me puse a la puerta del acceso para ver la cara de alegría y satisfacción de niños, jóvenes y adultos, a quienes se brindó la oportunidad de disfrutar el “show”. Les pregunté desde qué hora estaban en la cola, “desde las cinco de la tarde”, me dijeron (la segunda función se dio a las 8:15 p.m.). Esto es la magia, mis queridos magos: proporcionar felicidad, capturar el amor de la gente, darles el cariño, nunca demostrarles superioridad y prepotencia. Ya de por sí con su comportamiento de cultura, educación y ética el mismo público los pondrá en un pedestal, y así sucedió. Felicidades y sigan por este camino, recuerden que la verdadera magia está en el corazón y en los sentimientos, no en hacer trucos.
Días después de estas funciones de magia, algunos de los magos me comentaron que jamás habían sentido lo que sintieron en la segunda función con respecto a que sus actos de magia les salieron excelentes. Yo les digo el secreto: “Porque utilizaron la verdadera magia llegaron a los sentimientos y al corazón de ese público que esperaba en la calle sentir su magia y la sintieron, porque les transmitieron lo que todo mago debe transmitir: ilusión, alegría, fantasía, en fin, les pusieron un cerco maravilloso de felicidad exento de la maldad, corrupción y mentira que se vive fuera, y esto empezó desde que decidieron darles función especial”.
Felicitaciones a todos los magos que participaron en estos eventos. Vivan la verdadera magia, llenen de felicidad los hogares, transmitan la ilusión, pero empezando con ustedes, conviviendo sin recelos, envidias, sin emitir sandeces, insultos ni palabras malsonantes y léperas ante su público que lo que espera es vivir magia.
Contador público certificado. Maestro en Finanzas