Nuestra Señora de Guadalupe y la inculturación

La escultura “Sincretismo” que ha despertado polémica en Jalisco

Lunes, 4 de septiembre de 2017 – Edición impresa
Fernando Ojeda Llanes

Nos hemos enterado que el presidente municipal de Guadalajara ha colocado en céntrica calle de la ciudad una estatua de la Virgen de Guadalupe fusionada con la diosa indígena Coatlicue. Esto ha motivado una tremenda ola de protestas de la sociedad católica de todo México y más aun de los guadalupanos. A esta estatua le han llamado “Sincretismo”.

De ninguna manera estoy de acuerdo con esta estatua y soy de los que han solicitado su retiro de las calles de Guadalajara. Considero momento oportuno para dejar clara la diferencia entre sincretismo e inculturación.

De acuerdo con los diccionarios especializados, sincretismo “es el proceso que suele desarrollarse de forma espontánea cuando dos religiones intentan convivir de manera armoniosa en una misma comunidad. El sincretismo religioso podría advertirse en un hipotético grupo que cree simultáneamente en Jesucristo hijo de Dios y en las divinidades hindúes”.

Antes de la conquista de México, los indígenas adoraban a ídolos de piedra, entre ellos a una diosa llamada Coatlicue. Al llegar los españoles destruyeron sus ídolos para erradicar los sacrificios humanos y la adoración a dioses inexistentes e iniciaron la evangelización con la Cruz de Cristo.

La Virgen de Guadalupe se aparece en México el 9 de diciembre de 1531, diez años después de la Conquista, y utiliza la cultura de los indígenas mexicanos para evangelizarlos; a esto se denomina inculturación porque toma lo bueno de su cultura, tal como su fe religiosa, sus costumbres cotidianas, sus valores. Pero nunca utiliza a sus ídolos, sino que trae consigo en su vientre a su Hijo Jesucristo; incultura por la forma como se presenta, los símbolos que deja en su imagen y las palabras a Juan Diego. De esta forma los indígenas son conquistados espiritualmente.

Los diccionarios especializados dicen que inculturar “es unir el Evangelio y la cultura de un pueblo. Es unir los valores del Evangelio con los valores de un grupo humano. De este modo, se aprovechan todos los valores humanos que tiene una cultura y se enriquecen con los valores evangélicos. El éxito de la inculturación es conservar los valores del hombre y los del Evangelio, sin traicionar a ninguno de ellos”.

Como podrán darse cuenta, la Virgen de Guadalupe no hace sincretismo, de ninguna manera se fusiona o sustituye a ningún dios indígena, trae en su vientre a su propio Dios, su Hijo Jesucristo, y utiliza los valores culturales de los indígenas, nunca los ídolos.

El presidente municipal de Guadalajara fusiona en una sola imagen a la Virgen de Guadalupe y a la Coatlicue y le denomina sincretismo, un invento tratando de generar confusión entre sincretismo e inculturación. ¡Mi más enérgica protesta!

¿Conocen a la Coatlicue? Es una horripilante figura de piedra que se conserva en el Museo Nacional de Antropología e Historia de México, tiene pies y manos en forma de garras, una falda de serpientes entrelazadas y el pecho cubierto por un cráneo, manos y corazones humanos. La cabeza está sustituida por dos cabezas de serpientes encontradas que simulan dos chorros de sangre que brotan de su cuello cortado. ¡Horrorosa!

Estrujante y espeluznante tratarla de fusionar con nuestra Amada Imagen de la Virgen de Guadalupe, cuyo rostro y mirada envían mensajes de ternura y amor, cuyo manto lleno de estrellas brilla y cambia de tonalidad en forma constante, presentada como se apareció entre nubes y brillantes rayos de sol, con su santísimo Hijo en su vientre. ¡Bellísima y amorosa!

Representante en Mérida del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe de México. fernandoojeda.com[email protected]