Guillermina Ríos Constante explica detalles de la única copia certificada que existe en Latinoamérica de la Sábana Santa
Fernando Ojeda Llanes (*)
Hoy es domingo de resurrección, los evangelios relatan lo que sucedió al tercer día de la muerte de Jesús.
Evangelio según San Juan (Juan 20, 1-18).
“El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: ‘Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto’. Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos. Los discípulos regresaron entonces a su casa. María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: ‘Mujer, ¿por qué lloras?’. María respondió: ‘Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto’. Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: ‘Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?’. Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: ‘Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo’. Jesús le dijo: ‘¡María!’. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: ‘¡Raboní!’, es decir ‘¡Maestro!’. Jesús le dijo: ‘No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes’. María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras”.
La Sábana Santa de Turín es uno de los objetos arqueológicos más estudiados del mundo, en 1978 un grupo de científicos denominado Sturp con los instrumentos más avanzados del momento hicieron una gran cantidad de estudios de física, química, fotografía, radiografía, micrografía, etcétera con el objetivo de poder determinar de qué forma fue impreso el cuerpo que se encuentra en la misma.
Los científicos no encontraron huellas de pintura ni de que se haya realizado la impresión con algún objeto o instrumento existente, de tal manera que solo pudieron decir que su impresión es ¡inexplicable!
Cuando examinaron al microscopio electrónico las fibras de lino en donde se encontraban las marcas amarillentas que dejó la impresión del cuerpo, se dieron cuenta que solamente se encontraba impresa en la parte superficial superior, o sea, no cubría todo el hilo, esto significa que la impresión total solo está levemente realizada en la parte superficial y los científicos mencionaron que fue como si una fuente de energía produjo un leve “chamuscamiento” que hizo que el cuerpo se imprimiese en la tela.
Es muy claro para todos nosotros que los científicos nunca podrán explicar cómo es una energía que produce la resurrección como le sucedió a Jesús, tendrían que presenciar una resurrección en forma física para hacer la analogía y entonces decir: La energía que produjo la impresión del cuerpo en la Sábana Santa fue la de la resurrección.
Sobran las pruebas científicas en forma contundente que demuestran que el cuerpo impreso en la Sábana Santa de Turín es el de Nuestro Señor Jesucristo, pueden observarse en toda ella las huellas de la pasión: El casco de espinas, la flagelación, la cargada del palo de la cruz, la crucifixión y la propia Sábana Santa es prueba contundente de la Resurrección.
Réplica
Cada dos años la Sábana Santa se exhibe en Turín con una aglomeración increíble de gente que rebasa los tres millones de personas, pero no necesitan viajar tan lejos, aquí en Mérida, en el Centro Guadalupano pueden admirar una réplica exacta del original certificada precisamente por el equipo de científicos Sturp y poder observar la gran variedad de fotografías en positivo y negativo de las huellas de la pasión, las flores alrededor del cuerpo, la sangre, el casco de espinas, los invito la entrada es gratuita, solamente hablen al teléfono 9992-85-22-41, es un museo completo de gran calidad científica.
El Centro Guadalupano se encuentra precisamente donde termina el camellón de la Avenida 2000 que sale de la avenida Jacinto Canek hacia el aeropuerto.
Representante en Mérida del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos de la Insigne y Nacional Basílica de México.
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